Buscador del blog

sábado, 15 de agosto de 2015

Miedo

Tarde me he dado cuenta de que la he estado cagando más de medio año ya. Porque joder, me he dejado gobernar por el miedo, y el miedo me ha impedido llenarme. Bueno, más que llenarme, estar con quien me llenaba. Ese miedo a que todo saliese mal, ese miedo a que fuese verdad el dicho de «segundas partes nunca fueron buenas», ese miedo a que el sentimiento fuese a más y luego fuese más difícil superarlo. El miedo. El maldito miedo. Siempre el miedo.

Por culpa de ese miedo ya la he perdido. Es tarde. Y mi libertad estaba escondida, porque lo que quería era un yo completo, y ese yo completo no estuvo porque olvidó el carpe diem por vivir en el miedo al futuro. Bueno, más que vivir, morir en él.

Y yo ya estoy muerto en vida, como Neil Perry en El Club De Los Poetas Muertos, pero yo no me pego un tiro. No tengo la valentía como para hacerlo. Ni tampoco la valentía para hablarle e intentar arreglar las cosas. No puedo con este miedo, por mucho que ahora al menos lo sepa analizar. Y es que este miedo me tiene alienado por completo y, aunque sé diagnosticarlo, no sé curarlo. Sí sé, pero no soy capaz. Tendré que viv... morir con esto.

Y he comprendido esto porque ella es lo único que ha podido completar mi vacío existencial. Sólo que antes de estar con ella, no conocía ese vacío, al igual que tampoco conocía la felicidad de sentirme realizado. Pero ahora, después de haber conocido la felicidad pese a todos los malos momentos, soy capaz de conocer el dolor del vacío. Es un dolor muy intenso y constante, pero lo peor de todo es que es indoloro, porque los muertos ni sentimos ni padecemos. Tenemos miedo a la vida. Y ya es tarde. Tarde.